Resistente como un... papel
El primer soporte de la palabra fue el aire, que difundía los sonidos. La tradición oral, las mal llamadas literaturas orales eran, a pesar de su antigüedad, una pobre herramienta para conservar el saber. Ya en el Paleolítico aparecen inscripciones gráficas sobre piedras (los petroglifos). También hallamos palos con muescas (para contar animales o personas), en China se hallaron inscripciones en caparazones de tortugas (s. XX AC) y en América hacia el s.XII DC tenemos los quipus (nudos en cordeles de colores).
Los materiales, como vemos, fueron variados, pero para que un soporte fuera exitoso debía de reunir ciertas condiciones: ser barato, de fácil acceso, abundante, pasible de ser grabado, tallado, rasgado, o pintado.
En el Cercano Oriente la arcilla reunía esas condiciones. Los sumerios hacían tuppus (tabletas de arcilla de tamaño variable, de 7 x 10 cm hasta 30 x 40 cm), que se escribían con cá1amos cuneiformes de arriba hacia abajo, y de izquierda a derecha. El texto se encolumnaba en hasta 12 columnas por tableta. Se escribían de ambos lados. Luego se cocían en hornos.
Esos libros mesopotámicos tenían como características:
El primer soporte de la palabra fue el aire, que difundía los sonidos. La tradición oral, las mal llamadas literaturas orales eran, a pesar de su antigüedad, una pobre herramienta para conservar el saber. Ya en el Paleolítico aparecen inscripciones gráficas sobre piedras (los petroglifos). También hallamos palos con muescas (para contar animales o personas), en China se hallaron inscripciones en caparazones de tortugas (s. XX AC) y en América hacia el s.XII DC tenemos los quipus (nudos en cordeles de colores).
Los materiales, como vemos, fueron variados, pero para que un soporte fuera exitoso debía de reunir ciertas condiciones: ser barato, de fácil acceso, abundante, pasible de ser grabado, tallado, rasgado, o pintado.
En el Cercano Oriente la arcilla reunía esas condiciones. Los sumerios hacían tuppus (tabletas de arcilla de tamaño variable, de 7 x 10 cm hasta 30 x 40 cm), que se escribían con cá1amos cuneiformes de arriba hacia abajo, y de izquierda a derecha. El texto se encolumnaba en hasta 12 columnas por tableta. Se escribían de ambos lados. Luego se cocían en hornos.
Esos libros mesopotámicos tenían como características:
1- La brevedad; 2- La escasa circulación; 3- La anonimia y 4- Una función conservadora.
El siguiente soporte, de más larga vida, que sobrevivió a la escritura a que fue destinado en un principio fue el papiro. Se obtenía del tallo de una planta (el papirus). Con las fibras tratadas, y engomadas adecuadamente se conseguían unas láminas que iban de 20 x 25 a 35 x 50 cm. Se escribían de un sólo lado y se conservaban arrolladas (por lo cual los romanos las llamaban volumen, que en latín significaba rollo).
Griegos y romanos adoptaron el papiro, que superaba ampliamente, por comodidad para la escritura, el traslado y almacenamiento, a las tablillas mesopotámicas.
Un rival de peso que salió al paso del papiro fue el pergamino, hecho con la piel de diversos animales. Hacia el s. II AC en Pérgamo (Asia Menor) se logró mejorar notablemente el preparado de estas pieles dotándolas de una suavidad y resistencia notables. Ecos de esa calidad aun resuenan en el nombre vitela (que quiere decir ternero). Durante la Edad Media compitió y desplazó al papiro, como soporte, en toda Europa.
Pero el verdadero paso hacia el libro se va a lograr hacia el siglo X, cuando los árabes conquistan España. Dos siglos antes habían tomado Samarcanda, de manos chinas, y habían conseguido el secreto para fabricar un material barato, dúctil, resistente, ideal para la escritura, y cuyo secreto los chinos conservaban hacía ocho siglos, el papel. Pronto, a través de la imparable, por varios siglos, marea conquistadora islámica, el papel llegó a la Europa post romana. Entre el siglo XI y XIII todos los pueblos europeos instalaron fábricas de papel. La primera en Córdoba (España, en ese momento perteneciente al califato de Córdoba) hacia mediados del siglo X. Siguieron: en Fabriano (Italia) en el 1270, Saint Julien (Francia) en 1348.
Nuremberg (Alemania) en 1390, Pradnik Czerwery (Polonia) en 1491, Hertfordshire (Inglaterra) en 1495.
El siguiente soporte, de más larga vida, que sobrevivió a la escritura a que fue destinado en un principio fue el papiro. Se obtenía del tallo de una planta (el papirus). Con las fibras tratadas, y engomadas adecuadamente se conseguían unas láminas que iban de 20 x 25 a 35 x 50 cm. Se escribían de un sólo lado y se conservaban arrolladas (por lo cual los romanos las llamaban volumen, que en latín significaba rollo).
Griegos y romanos adoptaron el papiro, que superaba ampliamente, por comodidad para la escritura, el traslado y almacenamiento, a las tablillas mesopotámicas.
Un rival de peso que salió al paso del papiro fue el pergamino, hecho con la piel de diversos animales. Hacia el s. II AC en Pérgamo (Asia Menor) se logró mejorar notablemente el preparado de estas pieles dotándolas de una suavidad y resistencia notables. Ecos de esa calidad aun resuenan en el nombre vitela (que quiere decir ternero). Durante la Edad Media compitió y desplazó al papiro, como soporte, en toda Europa.
Pero el verdadero paso hacia el libro se va a lograr hacia el siglo X, cuando los árabes conquistan España. Dos siglos antes habían tomado Samarcanda, de manos chinas, y habían conseguido el secreto para fabricar un material barato, dúctil, resistente, ideal para la escritura, y cuyo secreto los chinos conservaban hacía ocho siglos, el papel. Pronto, a través de la imparable, por varios siglos, marea conquistadora islámica, el papel llegó a la Europa post romana. Entre el siglo XI y XIII todos los pueblos europeos instalaron fábricas de papel. La primera en Córdoba (España, en ese momento perteneciente al califato de Córdoba) hacia mediados del siglo X. Siguieron: en Fabriano (Italia) en el 1270, Saint Julien (Francia) en 1348.
Nuremberg (Alemania) en 1390, Pradnik Czerwery (Polonia) en 1491, Hertfordshire (Inglaterra) en 1495.
Los "molinos de papel y trapos" estandarizan la producción de papel su capacidad de producción va a ser puesta a prueba luego de la invención de la imprenta. Pero cambios importan en la misma no se producirán hasta el advenimiento de la Revolución industrial Hacia el 1800 el francés Reamur descubre como fabricar papel a partir de la madera, para 1803 se ha inventado ya una máquina que produce papel en bobinas, ideal para alimentar a las modernas rotativas. A principios del siglo XX la industria del papel se basa en las pastas celulósicas, con lo cual desaparece el cuello de botella que significaba la dependencia de los trapos para hacer papel.
El pergamino, y su dependencia de la crianza de animales para proveerse de sus cueros, hubiera limitado la difusión del conocimiento, menos libros, menor difusión de las ideas y el capital cultural y científico…
¿Cómo sería la historia si el papel chino no llegaba a Europa, Islam mediante…?
No hay comentarios:
Publicar un comentario