martes, 26 de agosto de 2008

3 – El Formato

La conquista del espacio

En este punto es inevitable citar a Escarpit: El libro es lo que es su difusión. Es un instrumento que no depende del soporte que es accidental: papiro, pergamino, papel o CD. Como la escritura permitió la conquista del tiempo, el libro permitió la del espacio. Un texto, por largo que fuera, en formato libro podía reproducirse cuantas veces se quisiera y enviarse a donde fuera necesario, su facilidad de transporte fue su éxito.

La primera etapa, dejando de lado la tablilla cuneiforme, fue la del volumen (rollo de hojas de papiro). Forma típica del libro en el Cercano Oriente, y el mundo griego y latino clásico. La Biblioteca de Alejandría, su mayor gloria.

El pergamino, por su consistencia y mayor flexibilidad que el papiro permitió ser doblada en quaterniones (cuadernillos) con lo cual se diversifico la forma.

Los romanos incorporaron las tablillas de madera (tabulae), recubiertas de cera, que podían ser reescritas. La ventaja de estas tablillas era que permitían ser apiladas (más comodidad para guardadas) y unidas en cuadernillos (mas facilidad para consultarlas).

El paso siguiente fue tomar él pergamino, cortado en folios y coserlo (pegarlo, o unirlo con cintas) en cuadernos, con una tablilla de cada lado, como tapas. Se los denominaba Codex o códices, de donde deriva el nombre de Código, pues las más importantes compilaciones de leyes romanas se hicieron en este formato. Otro de los motivos básicos de su triunfo en desplazar al volumen fue que los cristianos lo encontraron como el formato ideal para la Biblia. Pueblo del Libro, al fin, era necesaria su consulta continua, y llevarlo a donde se fuera. El codex facilitaba ambas operaciones. Al volumen, libro de los paganos, se opuso el codex, libro de los cristianos.

Este fornato, consolidado y generalizado, ya en el siglo IV permanecerá estable por más de 1000 años. En el siglo XV, cuando el papel y la imprenta, revolucionen el mundo del libro, heredarán de estos códices su formato, y recién nos encontramos con un cuestionamiento serio al mismo, hoy, con la web y los múltiples soportes digitales.

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Una construcción milenaria

...de Altamira a esta pantalla el hombre ha recorrido un largo camino. Es obvio, es evidente, es una estupidez... si nos quedamos con esa observación. Es una conclusión que nada nos dice salvo que los bisontes de las paredes de las cuevas de Altamira marcan el nacimiento del espíritu humano, de la expresión como camino para construir una cultura. Esas extraordinarioas imágenes abrieron el camino que por un lado condujo al arte y por el otro a la escritura y luego al libro. Este último sendero es el que intentaremos reflejar en este blog.
El libro no surgió como un todo, no fue Atenea naciendo, con armadura incluída, de la herida en la cabeza de Zeus. Fue una construcción milenaria, como dijo Escarpit, es una verdadera "máquina de leer". Es una herramienta y un producto final; es un eslabón imprescindible en la construcción de nuestra sociedad, y un elemento productor de placer y satisfacción como lo sabe todo lector.
Bienvenidos a El camino del libro.