Cuando en una noche despejada contemplamos un cielo estrellado, para nuestra percepción todas las estrellas que vemos, coexisten en ese momento, en forma simultánea, lo cual es falso. Estamos ante un engaño de nuestra percepción.
Esos puntos luminosos están separados decenas, cientos y aún millones de años luz de nosotros. Muy probablemente, hoy, muchas de ellas estallaron en novas hace generaciones y hoy ya no existen. El cielo nocturno es una superposición de impresiones que no son simultáneas, aunque todas juntas constituyen una impresión unitaria.
En cierta forma lo mismo ocurre cuando contemplamos un libro. Lo que vemos parece untado único: Tipografía, soporte material, divisiones internas de la obra, ilustraciones, constituyen un todo integrado, desde siempre. Falso es, estamos ante un engaño del diseño.
La escritura, la encuadernación, la manera de leer –en voz alta, o para uno mismo…– el trabajo del editor, el diseño de la obra, son todas variables que surgieron en momentos históricos diferentes. Cada parte del libro tiene una historia particular y un momento clave. El diseñador gráfico, de libros, trabaja con variables, cuya historia, sépalo él o no, son las que establecieron los factores condicionantes de su labor.
El plan de El camino del libro, apunta a desarrollar una breve –o no tanto- y clara historia de cada variable, indicando cual fue el momento central de la misma, cuando se constituyó como la conocemos hoy. El eje no estará dado por la sistemática enumeración de fechas o de nombres, sino por la ubicación de esos momentos claves, como se llegó a ellos, y lo que implicaron para el camino del libro.
Esos puntos luminosos están separados decenas, cientos y aún millones de años luz de nosotros. Muy probablemente, hoy, muchas de ellas estallaron en novas hace generaciones y hoy ya no existen. El cielo nocturno es una superposición de impresiones que no son simultáneas, aunque todas juntas constituyen una impresión unitaria.
En cierta forma lo mismo ocurre cuando contemplamos un libro. Lo que vemos parece untado único: Tipografía, soporte material, divisiones internas de la obra, ilustraciones, constituyen un todo integrado, desde siempre. Falso es, estamos ante un engaño del diseño.
La escritura, la encuadernación, la manera de leer –en voz alta, o para uno mismo…– el trabajo del editor, el diseño de la obra, son todas variables que surgieron en momentos históricos diferentes. Cada parte del libro tiene una historia particular y un momento clave. El diseñador gráfico, de libros, trabaja con variables, cuya historia, sépalo él o no, son las que establecieron los factores condicionantes de su labor.
El plan de El camino del libro, apunta a desarrollar una breve –o no tanto- y clara historia de cada variable, indicando cual fue el momento central de la misma, cuando se constituyó como la conocemos hoy. El eje no estará dado por la sistemática enumeración de fechas o de nombres, sino por la ubicación de esos momentos claves, como se llegó a ellos, y lo que implicaron para el camino del libro.
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