domingo, 21 de septiembre de 2008

Apostillas

El Copista (500 AC – 1450 DC)
La escritura, luego de la caída del Imperio Romano se ha refugiado en los monasterios.
A los esclavos responsables de la copia de los manuscritos, en la antigüedad grecorromana, suceden los monjes como responsables del saber escrito. Saber ante todo religioso, son los Santos Padres y las Sagradas Escrituras el principal objeto de copia y preservación. Precisamente, que un libro fuera el centro del conocimiento y de la fe, fue un hecho que respondía a una realidad social muy distinta.
Era una sociedad que dominaba la escritura y la lectura. Una sociedad ya prefigurada en Pompeya y sus graffiti que mostraban que en el iglo I DC la escritura ya estaba lo suficientemente generalizada, y desacralizada, para que sirviera para fines tan vulgares como el descripto. Es una sociedad que se ve amenazada con un retorno al período pre-escriturario, que encierra a su herramienta, y su producto, volúmenes y códices, para salvados y salvarse.
Ese encierro, esa introversión de la escritura, a nivel social, va a tener su correlato en la lectura. Como dice Chartier (comentando y cuestionando a Paul Saenger), es en la edad Media cuando nace la lectura silenciosa, es una forma de aprehender íntimamente al libro. Había lectores-oyentes, leer era, básicamente, una actividad social. Leer era compartir. Se leía a los campesinos, se leían las proclamas reales, había monjes lectores que leían en las comidas y en ciertas horas religiosas, aún en el Quijote, en el episodio de la posada y el cautivo árabe hallamos esa necesidad de la lectura oral.
Cuando San Agustín comenta con asombro que vio a San Ambrosio, en su celda, leyendo para sí, estamos presenciando esa conversión de un acto social en un acto privado. Leer será una actividad individual, un acto íntimo. La relación con el propio libro será más personal.
El lector busca conectarse con el libro.
El Editor (s.XVIII)
Libros encuadernados, cubiertos de papel azul, impresos con caracteres poco adecuados, ilustrados con grabados desgastados, a muy bajo precio, todas estas características definen a la Biblioteca Bleu (Fr. s.XVIII). Los editores franceses apuntaban a captar al lector de bajos recursos, ofreciéndole obras clásicas o modernas ya impuestas. Su objetivo era vender.
Las características fisicas antedichas, eran las que según ellos, merecía el público no-aristocrático a que apuntaban. En cuanto al contenido, por tratarse de obras de todas las épocas, habían sido escritas con muy diversos objetivos. La decisión fue acercarlas a las, para ellos, limitadas competencias lectoras de sus destinatarios. Y a la vez controlar los textos para hacerlos aceptables para el poder civil y religioso.
Procederán pues a:
1) abreviar los textos (recortan palabras o frases para aligerar párrafos, o, impiadosamente sacrifican capítulos enteros).
2) adaptados libremente (añaden resúmenes, títulos y aun capítulos nuevos).
3) censurados (eliminan las expresiones que consideran blasfemas, sacrílegas, licenciosas o soeces).
Lo esencial es la flagrante actividad del editor, no edita libros sino que los perpetra. Se toma el texto y se lo altera. No hay respeto alguno por el autor, el lector; o la profesión de editor.
El libro deforma al texto y a la lectura.

Escritura China
Es una escritura [de base ideográfica/logográfica por lo cual cada signo representa un concepto o un palabra, por ello] tiene la particularidad única en el mundo de haberse conservado igual desde hace siglos. Mientras en el habla proliferan los dialectos en la escritura nunca hay cambios. Así es que dos chinos que sepan leer y escribir aunque hablando no se entiendan porque manejan dialectos diferentes, escriben igual y cuando leen, traducen a su dialecto lo que leen. Es como el sistema numeral para nosotros. Un inglés y un argentino ven un número escrito, lo entienden los dos, pero cuando lo hablan dicen palabras distintas.... [Cómo tampoco el paso del tiempo modificó la escritura...] un chino culto puede leer textos de hace dos mil años con la misma facilidad que uno actual. [La desventaja –tremenda– de esta escritura es que pocos individuos son capaces de aprender los cerca de 50.000 signos que la constituyen].
Estela Dos Santos. Historia de la Literatura Universal. Cap. N° 158. CEAL

Libros con ilustraciones
Luego de Gutemberg (1450) la imprenta solucionó el problema de realizar una gran producción de libros, a menor costo y a mayor velocidad, que lo que podían realizar los copistas. Pero esa solución se circunscribía al texto, no así a las ilustraciones, para las cuales había que recurrir al xilograbado y a la talla dulce (y así será hasta el s. XVIII). Pero eso no arredró a los impresores. Sólo que muchos decidieron que lo importante era ilustrar el libro... no el texto.
El impresor Hartmann Schedel, en 1493, realizó una hermosa Cr{onica de Nuremberg, en la representó a 596 emperadores... con sólo 72 retratos diferentes. Y con un mismo grabado ilustró las ciudades de Roma, París y Jerusalem. De la misma forma hubo libros sobre la recién descubierta América, que ilustraban un texto sobre los tupinambá de Brasil, con ilustraciones que representaban escenas de la vida turca... que le habían sobrado al editor, de otra obra.
Los anteriores no fueron casos límites o extraños, ellos expresaban actitudes habituales en el período referido.
No es lo mismo, está claro, un libro con ilustraciones que un libro ilustrado.

El escriba: Yo la vendo, yo la compro
En la época de los escribas lo importante es la herramienta, la escritura. La preocupación fundamental: potenciarla, hacerla más fiel al pensamiento. Son pocos los que leen, apenas más que los que escriben. Y los principales destintarios de esas obras, los reyes y nobles, en su inmensa mayoría no sabían leer. Aún en el 600 AC, Assurbanipal se muestra orgulloso de ser él, a diferencia de todos los reyes que le precedieron, un verdadero lector de tablillas, incluso capaz de descifrar los antiguos y oscuros signos acadios.
Como vemos el escriba escribe para quien no sabe leer.

Todos leen
En 1935, Sir Allen Lane, funda la editoria Pengüin Books. ¿Qué tiene de particular esta colección? Son libros de pequeño formato, encuadernados en rústica, con tapas agradables, y aun precio irrisorio. Entre sus títulos incluyen obras modernas y clásicas que por publicarse hasta ese momento en ediciones caras, no estban al alcance de la mayoría. Es el libro de bolsillo, el libro de masas, una verdadera mutación. Cambiará la escala de difusión de la obra escrita, llegando a zonas no explotadas hasta ese momento. Gracias a ese tipo de de libros se formaron las generaciones de lectores de los años 40 a la actualidad.
Es así... el libro de masas, es una masa.

En el fin está el principio
En el Egipto imperial, dos milenios antes de Cristo, se acostumbraba dejar, junto al cuerpo de los difuntos, libros –papiros– con plegarias. Estas obras se encargaban a los sacerdotes. Y se pagaban. De acuerdo a la posición social y riqueza de la familia que los encargaba, era la riqueza artística de la obra. Esas obras son los famosos Libros de los muertos. Esta costumbre es la primera muestra histórica del comercio de libros. Actualmente se ubica al libro entre los llamados bienes simbólicos. Con este término se indica que si bien materialmente es una mercancía más, está cargado de un valor cultural, espiritual, que lo trasciende.
Los egipcios, según parece, esto ya lo tenían claro, hace 4000 años.

Los Libros Secretos
No nos referimos a libros esotéricos o mágicos. Tampoco a los qeu debían poseer los Nueve Desconocidos o el Emperador Asoka. Con ese calificativo queremos aludir a esos libros que nos deslumbraron en algún momento, y sin embargo no gozan de gran fama ya sea entre la crítica o en la masa de lectores, y suelen ser reeditados sólo por casualidad. Libros que releemos permanentemente o que, si bien nunca volvimos a leer, siempre tenemos en un rincón privilegiado de la biblioteca. Por supuesto que siempre hay libros famosos o de autores reconocidos, y aún bestsellers, que forman parte de nuestros libros elegidos. Pero, por tener tales características no integran, precisamente, esta elite –casi– anónima.
Los Libros Secretos son nuestros libros. La elección es arbitraria. Cada uno tiene su propio criterio para rescatar un libro del absoluto olvido. Nunca se sabe cuando encontraremos otro librito que integrara ese seleccionado personal. Pero, seguro, en la batea de alguna librería de viejo, nos está esperando nuestro próximo Libro Secreto.
Y ya que estamos ¿Cuáles son sus Libros Secretos?

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Una construcción milenaria

...de Altamira a esta pantalla el hombre ha recorrido un largo camino. Es obvio, es evidente, es una estupidez... si nos quedamos con esa observación. Es una conclusión que nada nos dice salvo que los bisontes de las paredes de las cuevas de Altamira marcan el nacimiento del espíritu humano, de la expresión como camino para construir una cultura. Esas extraordinarioas imágenes abrieron el camino que por un lado condujo al arte y por el otro a la escritura y luego al libro. Este último sendero es el que intentaremos reflejar en este blog.
El libro no surgió como un todo, no fue Atenea naciendo, con armadura incluída, de la herida en la cabeza de Zeus. Fue una construcción milenaria, como dijo Escarpit, es una verdadera "máquina de leer". Es una herramienta y un producto final; es un eslabón imprescindible en la construcción de nuestra sociedad, y un elemento productor de placer y satisfacción como lo sabe todo lector.
Bienvenidos a El camino del libro.